Testimonios de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia 2016

En esta entrada (y siguientes) podrás leer con calma los testimonios completos de algunos de los jóvenes que han participado en la pasada Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia 2016:

Melissa Salgado Pérez, 21 años (de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús)

Una JMJ siempre es un momento de gracia y de alegría. Esta era para mí la segunda, después de participar en el 2011 en la de Madrid.
Yo, junto con otros 10 jóvenes de Verín y los seminaristas de nuestra diócesis, acompañados por otros grupos de Galicia, emprendíamos camino hacia Cracovia el 26 de Julio a este encuentro con el Papa.
Fueron 10 días cargados de emociones, de alegrías y de momentos inolvidables.
Visitamos Praga y París, pero sin duda que los mejores días fueron en Cracovia.
Puedo reconocer que a esta JMJ yo iba con miedo, e incluso con menos ganas que a Madrid, pero bendito el momento en el que dije si voy, me lancé y me encaminé a Cracovia, no me cansaré de dar gracias a Dios.

Me sorprendió la enorme generosidad de la gente en Cracovia, aunque no me alojé con familias pude ver y sentir su entrega con nosotros; cuando el sábado, caminando los 8 km para llegar al Campo de la Misericordia y participar en la Vigilia, familias enteras salían de sus casas a darnos todo lo que tenían, ya fuera agua, comida o simplemente una sonrisa animándonos; sentí como no importa el idioma, la nacionalidad... Nos unía el amor en Jesuscristo. Y por supuesto que no me puedo olvidar del voluntario que nos acompañó cada día en Cracovia, un chico joven, de apenas 18 años que se desvivió por darnos lo mejor de él, aunque apenas nos podíamos comunicar por palabras sus gestos, su sonrisa y su entrega lo decían todo.

Para mí el momento más especial fue el sábado a la noche, con la exposición del santísimo, nunca dejará de sorprenderme el silencio de millones de jóvenes ante su presencia, en nuestro mundo, lleno de constantes ruidos, solo Él es capaz de callarlos.

Y no puedo dejar de mencionar lo mucho que me impresionó el testimonio de Rand, una joven Siria que participó con otros 20 jóvenes de su país en  esta JMJ, con sus palabras sinceras pude darme cuenta de lo actual y real que es la muerte de tantos y tantos cristianos, jóvenes como tú y como yo que cada día mueren a causa de su fe en Cristo, que la chica que en ese momento estaba hablando había arriesgado su vida por estar ahí, que ya había perdido a varios de sus amigos y que no sabía que le esperaba al regresar a casa. Creo que a todos nos emocionó su valentía y nos hizo preguntarnos ¿y hasta donde llegaría mi amor por Jesús?

Con esta JMJ renové mi fe en Cristo, me sentí importante para Él a través del sacramento de la penitencia, Él me fortaleció con su perdón. Y me atrevo a hacer mías las palabras del Papa Francisco: "Dios me ama tal como soy, no hay pecado, defecto o error que lo haga cambiar de idea".

  

Testimonio de Fran González Diz (joven de la Parroquia de Verín)

Mi nombre es Fran y tengo 14 años. Si alguien hace tres años me contara como iba a ser mi futuro a día de hoy...no lo hubiera creído. Yo era un chaval como tantos otros que protestaba y lloriqueaba cuando alguien decía en casa hay que ir a Misa!!! Hasta cuando teníamos una celebración Bautizo, Boda o Comunión pedía que estuviera la Iglesia llena para no entrar...que rollo!!! Todo cambió a raíz de prepararme para el Sacramento de la Confirmación. Me uní al grupo Parroquial junto con jóvenes como yo y sacerdotes estupendos que se interesaban por nuestras inquietudes, preocupaciones, problemas e incluso nuestros gustos. A través de ellos y de la palabra de Dios entendí muchas cosas que sentía y encontraba curas o alegrías por ellas. Me ofrecieron ir al encuentro de las juventudes Europeas el año pasado en Ávila por supuesto que acepté, en casa no lo podían creer, que quisiera voluntariamente participar de algo que tenía que ver con la Iglesia, con la de veces que hice enfadar a mi madre y mi abuela!!!. El encuentro fue genial, no sólo rezamos y escuchamos la palabra de Dios, participamos en juegos con jóvenes de distintos lugares, ayudamos a las monjitas a recolectar fruta, ayudamos y colaboramos en todo lo que pudimos...y sabéis que? Me sentí genial! El regreso de esa convivencia no me fue nada fácil, ya que enfermé de salmonelosis y la verdad es que fueron días horribles. Mucha gente se interesó por mi estado y cada día familiares, amigos y los sacerdotes rezaban y me animaban, también hubo gente que le dijo a mi madre ¿por qué no denunciáis? Igual os compensan por eso...tanto mi madre como yo no podíamos creer lo que escuchábamos... ¿es que se arregla todo con dinero? ¿Es que no piensan que lo que comí nos lo hicieron con todo el amor del mundo, gratis y con las mejores intenciones? Como íbamos a denunciar a quien nos abrió las puertas y nos dio de comer... A raíz de ahí comencé a colaborar con la Iglesia, cada Domingo acudía a mi cita con Jesús por voluntad propia. Un día nos dijeron que se celebraba la JMJ en Cracovia, fui uno de los primeros en apuntarme, no he sido buen estudiante, y mis padres me dijeron que si no me esforzaba no podría ir...Así que me puse manos a la obra y lo conseguí. Muchos Domingos y ferias montábamos un puesto donde vendíamos galletas magdalenas y cosas que hacíamos nosotros y que la gente nos donaba para conseguir dinero para ese viaje, y sabéis ¿qué? Pues que la gente era muy bondadosa con nosotros y nos ayudó en todo lo que pudo. Llegó el día en que se cumpliría nuestro sueño, llenos de alegría emprendimos viaje y con ganas de comernos el mundo. He conocido muchos sitios, a mucha gente de otros países y hasta he hablado inglés, que si me ve mi profe Chiqui, no se lo cree. Ha sido algo muy difícil de expresar, ver y sentir a tantos jóvenes como nosotros unidos ante ese Jesús que nos quiere enseñar a vivir felices. Y la felicidad me he dado cuenta que no se encuentra en el sofá con la play, ni con el móvil de última generación... la felicidad la he encontrado entre la gente que me ha ayudado, escuchado y regañado...la he encontrado cuando he reconocido mis falta y he pedido perdón...que descarga se siente!! Es paz interior....gracias a todos los que me habéis ayudado, a quitar esta venda de los ojos, gracias a los que me ayudáis a ser cada día mejor!!


 


Testimonio de Pablo Vega dos Santos, 15 años (joven de la Parroquia de Verín):

Este último mes 12 jóvenes de Verín hemos estado en la Jornada mundial de la juventud en Cracovia. Fueron unos días inolvidables, visitando países como Francia República Checa y también Polonia. Lo que más me impresionó de este evento a parte de todas las personas que fueron, fue la gran fe en Dios que tienen los jóvenes de todo el mundo. Algunos de Verín tuvimos la gran suerte de ver desde cerca al papa. También quería agradecer a todas esas personas que colaboraron con nosotros... gracias... Y la siguiente a Panamá.


Testimonio de Iván Paradela Alonso, 16 años (seminarista menor de la Parroquia de Oímbra):

Fue una experiencia muy enriquecedora para todos aquellos que asistimos a la JMJ de Cracovia, al principio estábamos un poco  asustados pero cuando llegamos y empezamos a conocernos fue todo más modesto. Al principio estaba algo nervioso ya que nunca asistiera nunca antes a una JMJ. Pero después me di cuenta de que nunca antes volvería a tener la oportunidad de estar presente en un acto tan importante  aunque pienso en volver a la siguiente que se disputará en Panamá en 2019.


Testimonio de Arancha (joven de la Parroquia de Verín):

El pasado 26 de julio jóvenes de Verín iniciamos un viaje donde recorrimos más de media Europa. Hemos cruzado países tan grandes como Francia o Polonia. Hemos conocido gente y compartido momentos que ya forman parte de nosotros. Hemos conocido al Papa y hemos descubierto que más de dos millones de jóvenes como nosotros y nosotras comparten la fe, y que sobre todo, la viven.
Es bueno llegar a casa y descubrir que ya no eres la misma, que algo bueno ha cambiado dentro de ti, que te dice que vivas distinto, en la fe, en el prójimo, en el amor. Algo que te dice que seas una versión mejorada de ti misma.
Nos vemos dentro de tres años, con la misma ilusión, las mismas ganas y la misma fe en Panamá.


Testimonio de Iria Diz Blanco, 15 años (joven de la Parroquia de Verín)


En este último mes la gente de Verín junto con otros países hemos experimentado esta ocasión  que nos refuerza espiritualmente como personas. Creo que ha servido de mucho tanto a nivel espiritual como personal, algo que no se olvidará jamás. El saber que sales de tu país con un grupo de jóvenes dispuestos a ver al Papa supone en ti una experiencia inolvidable, algo que repetirás una y otra vez, al ver tanta gente reunida de diferentes países, todos con una misma creencia me ha aportado cantidad de sentimientos emotivos. Gracias a todas las personas que colaboraron para hacer esto posible, y nos queda Panamá en 2019 que la esperamos ansiosos.




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